EXPOSICIÓN SOBRE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

El alcalde de Sanlúcar, Víctor Mora, participó ayer en el acto de inauguración de la exposición que la Biblioteca Nacional de España (BNE) ha organizado en su sede de Madrid con motivo de la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. En la visita también estuvo el delegado de Turismo, Javier Porrúa (Cs).

Junto a la directora de las instalaciones, Ana Santos Aramburu, y miembros de la Coimisión Nacional para el V Centenario, Víctor Mora recorrió una muestra con la que la BNE quiere contribuir a pensar qué significa rodear la Tierra y cuál es su relación con los mundos del libro.

La BNE se fija en las implicaciones de un acto físico y simbólico reiterado desde entonces. Rodear el globo fue primero una hazaña náutica, después un gesto de la Ilustración y la edad del progreso, hasta llegar a los días de la aviación, el turismo, las órbitas espaciales e internet, cuando podemos navegar virtualmente por toda la superficie terrestre y por océanos de información.

Tan importante como rodear la Tierra siempre fue mostrarlo, contarlo. No por casualidad la edad de las circunnavegaciones fue la época de la imagen del mundo, pero también la de la imprenta y el libro. Hablamos pues de mapas, derroteros y atlas, pero también de cuadernos de bitácora, diarios, literatura de viajes y naturalmente bibliotecas.

La muestra tiene lugar en la antesala y el vestíbulo. En la antesala se exponen algunos testimonios de la primera circunnavegación (el diario de Ginés de Mafra, una edición de la relación de Pigafetta), unos pocos mapas del Estrecho más difícil, itinerarios e imágenes de otros grandes viajeros que rodearon la Tierra en barco (James Cook), en zepelín (Hugo Eckener) o en avioneta (Wiley Post). Estarán acompañados por cierto viaje al mundo en ochenta días (Verne) y por otro al día en ochenta mundos (Cortázar). Nos encontraremos también con el primer volumen de la Enciclopedia, un proyecto circular y pedagógico como la vuelta al mundo, así como con una edición de El Aleph, el cuento de Borges sobre “el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos”.

En el vestíbulo y la escalinata se propone un paseo circular por las cuatro partes del mundo, la división que guiaba la cosmografía en el Renacimiento: Europa es el lugar de referencia, en cuyo extremo occidental se sitúa la Península ibérica, de donde zarpa la flota de Magallanes; a la derecha el Nuevo Mundo, recién incorporado al planisferio terrestre, una sorpresa y un obstáculo para llegar a las Islas de la Especias y Catay, el objetivo de los europeos de entonces. Cruzado el estrecho de Magallanes, en el piso de arriba el Pacífico y las antípodas, las Islas Filipinas y el Moluco. El visitante regresará completando la vuelta a la BNE y doblando el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo meridional de África, la punta de un continente secularmente marginado y explotado.

   

Sanlúcar de Barrameda, jueves 23 de enero de 2020